sábado, 9 de mayo de 2009

Cuarto estado de la materia

Nunca jamás estaré a tu lado. Y hay algo aquí que mañana abandonaré.
Se resume en mi suspiro que ya no tiene amor, que fue obligado a morir por su cuenta, que sonríe por inventar el punto cero.
Las melodías se secaron, y como todo...pasó.
Nuestro Titanic nos mostró una vez más que hasta lo más grande se puede hundir.
Hay asfixia porque alguna vida murió dentro. Hay resaca, pero todo se limpia.
Todavía no se logra ver como etapa natural, menos como común. Y aunque los pasos se alentarán dentro de los años, queda lo épico de esta historia.
Aprensión o realidad no importa. Se controlarán delante del recuerdo los latidos...
Si hemos controlado el dolor y la ausencia del final, será relativamente sencillo cambiarle la suerte al olvido.

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